Surrealismo naif de Teresa
Teresa, es como pinta, pinta como habla, y habla como es.
Profunda, apasionada, sensible, directa y …sobre todo, tímida. (…)
Hay algo en los fondos de esta vigorosa pintora, ya sean ocres muy claros entreverados con amarillos más chillones, ya añiles decolorados como por el paso del tiempo, o sean grises verdosos, como enmohecidos, que nos habla de su amor por la naturaleza, de su permanente vocación humanitaria.
Y en las formas, en los trazos cada vez más firmes, hay un dramatismo que se acentúa con la ingenuidad –natural o ficticia, para la ocasión no importa- del imaginario circense que nos retrotrae a la infancia de la autora y –lo que es mejor- a la del observador complacido.(…)
El resultado es majestuoso y provocador pues de las simetrías y de las composiciones más armoniosas hace sustrato de tal juego de colores y formas que la conclusión concita la frescura.“
José María Lozano Velasco.
“Mujer bajo el agua”
La Mujer Salvaje, la Madre Grande, el Rio bajo el Rio, es la fuerza que lo mueve todo, es el dador de vida y en ella nos movemos y nos reconocemos, esa fuerza siempre está ahí, no desaparece, solo la ocultamos, como la uña del dedo puede ocultar el sol, pero en cualquier momento vuelve a quedar al descubierto, lo que si se desvanecen son los obstáculos que no nos permiten brillar en ella, para ello debemos parar y tomar consciencia, ver en que momento estamos para poder ver que desequilibrio nos acomete, porque como dice la tradición hindú no hay Siva sin Shakti, debe existir un equilibrio entre lo masculino y lo femenino.
Lo femenino es la fuerza creativa, inspiradora, es la llama, si en algún momento queda oculta, nuestra energia se debilita y corremos el riesgo de quedarnos atrapados, dormidos en profundas aguas, es entonces cuando la fuerza masculina que es el movimiento, la acción vendrá y permitirá que avancemos para que el sol vuelva a iluminarnos.